Como diría la "Posh" o Victoria Beckam, España huele a ajo.
No se si realmente es así, pero lo que si está claro, es que el ajo es uno de los ingredientes primordiales en nuestra gastronomía.
Si no, que seria de el pollo o las gambas al ajillo, tan habituales.
Hoy vamos a preparar unos crujientes de ajo, para utilizar en ensaladas, pastas, carnes y demás.
- 1 cabeza de ajos
- Una pizca de sal
- Aceite de oliva
En el vaso de la batidora, vamos a poner los ajos pelados y cortados.
Si queremos podemos quitar el germen para evitar que se nos repita el ajo después de comerlo.
Pondremos la sal y empezaremos a triturar, agregandole poco a poco el aceite, que será muy poco, ya que lo que pretendemos obtener es una pomada de ajo, y si nos pasamos con el aceite, nos puede quedar muy líquida.
Colocaremos una bandeja de horno con un papel desengrasante e iremos poniendo la pomada de ajos en esta.
Podemos hacer laminas estirando los ajos triturados con una cuchara. O podemos usar una manga pastelera y hacer palitos o dibujos, pero no deben ser muy anchos, unos tres milímetros estará bien.
Lo coceremos en el horno a 150 ºC durante una hora o hasta que estén bien dorados, de un color marrón claro.
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