Con el precio que tiene el marisco, y con lo rico que está, es una verdadera lastima tener que tirarlo porque se nos haya echado a perder.
Lo mejor, sin lugar a dudas, es consumirlo lo antes posible, si puede ser, en el mismo día en que lo hemos comprado.
Los fines de semana, que es cuando se compra y consume más marisco, suelen ser un poco locos ¿o solo me pasa a mí? ;-)
A veces, queremos preparar, yo que se, una paella o unas gambas a la plancha porque vienen invitados.
Pero sin que nos lo esperemos nos sale otro compromiso o problema y tenemos que retrasar la cita ¿Y que hacemos pues con el marisco que habíamos comprado? ¿Lo podremos utilizar unos días más tarde?
La respuesta es sí, aunque dada su cantidad de nutrientes, cada día e incluso cada hora, es una guadaña que corta la calidad del producto, de tal modo que es aconsejable consumirlo lo antes posible.
Los moluscos, suelen llegar a nuestras casas vivos y con una buena manipulación, aguantaran al menos tres días.
No hay mejor envase para almejas, chirlas o mejillones, que la red en las que podemos verlos en las pescaderías y si hemos comprado una red entera, la forma de conservarlos será colocarlos en la misma red en un plato hondo, cubiertos con un paño húmedo y por supuesto en el frigorífico.
En el caso de que hayamos utilizado una parte de los moluscos, conservaremos la red utilizándola para guardar el marisco como os expliqué antes, pero para que no se estropee, apretaremos la red todo lo que podamos con un tenedor, introduciendo la parte del mango de este en la parte sobrante y retorciendo el cubierto varias vueltas hasta que esté bien prieto. Después engancharemos los pinchos del tenedor en la red (igual que los moños que se hacen las chicas con un palillo chino) y lo mantendremos ahí, hasta que vayamos a cocinar.
Si no disponemos de red, podremos mantener sus cualidades al menos uno o dos días utilizando un tupperware abierto y el consiguiente paño húmedo.
Ahora bien, si los moluscos tienen que aguantar varios días, no queda más remedio que cocinarlos, ya que la congelación no es adecuada para este tipo de marisco.
Utilizaremos, para este fin, un cacharro ancho pero no muy alto. Procurando que el producto ocupe toda la cazuela, lo cocinaremos con poca agua (ligeramente cubiertos) y algo de sal. Los meteremos en un tupperware con el caldo de la cocción, de esta manera aumentaremos su caducidad unos días (al menos 4 ó 5).
Escabechar es otra forma de conservación, pero para mi gusto, este proceso sirve solo para los mejillones.
Espero, que estos consejillos os sean útiles y que no volváis a tirar nada más que lo justo.
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jueves, 20 de septiembre de 2007
Conservación: Moluscos
Publicado por Angel en 9/20/2007 08:23:00 p. m.
Etiquetas: conservación, frigorífico, mariscos, moluscos
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