La tabla de cortar, habita las encimeras y armarios más septentrionales de la cocina, y aunque su vida se dedique a la protección de la encimera, no es solo esto lo que la destaca en el ecosistema de sartenes y cazuelas.
Podemos encontrar varias especies:
La primera y predecesora de las demás, es la tabla de madera, que ha sido durante décadas la dominante entre las demás.
Se diferencia de las otras, no solo por estar formada de madera, sino también por su grueso cuerpo y su resistencia a los ataques de sus principales depredadores, los cuchillos y hachitas.
La segunda cuya desaparición es casi segura, es la tabla de plástico, pues aunque se esconda fácilmente en los rincones de los armarios por su estrecho cuerpo, este, también es su punto flaco.
Cuando una tabla de plástico se enfrenta a cuchillos y hachitas, sale sin remedio con cicatrices, y si la hachita ataca con violencia lo más probable es que su endeble cuerpecito no aguante y pierda partes de su anatomía.
La tercera, cuyo destino parece afortunado, es la tabla de teflón, cuya versatilidad la decanta como la vencedora actual dentro del mundo de las tablas de corte.
Su hábitat no solo se encuentra en cocinas sino que podemos observarla en su estado natural en carnicerías y pescaderías. Su resistencia a ataques es ligeramente superior a la tabla de madera, pero lo que realmente ha hecho de esta especie, una verdadera superviviente es la impermeabilidad de su cuerpo.
Comparemos ahora la de madera y la de teflón:
Dentro de las primeras podemos encontrar dos subespecies, la de madera común o "maderis comunis", y la de madera de raíz o "raiz maderis" (ver foto), cuya dureza es muy superior a la de su pariente.
Pero aunque su resistencia sea superior incluso a la de teflón, no es impermeable.
Esta cualidad del teflón, es la que la diferencia principalmente de sus competidoras, pues no absorbe líquidos y los restos se limpian fácilmente. Así que los ataques, pueden dejar marcas, pero nunca provocarle infecciones, ni transmitirle estas a ningún otro habitante de la cocina.
Todas las especies se tranquilizan cuando les ponemos un trapo debajo, ya que sin él, se encuentran intranquilas y se mueven mucho, dificultando su uso.
Si conseguís domesticar alguna especie, os aconsejo la tabla de teflón. No os será difícil de ubicar en la cocina y al ser la más limpia, podremos usarla sin miedo a que nos transmita cualquier infección.
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