Curiosamente, la cocina china que consumimos normalmente en occidente, suele ser típica de la región cantonesa o de Pekín. Sin embargo, en China la cocina que tiene más reconocimiento es la de la región de Sichuan.
Por otro lado también quiero reseñar, que al igual que la pizza, es el plato más internacional de Italia, los noodles o fideos chinos, lo son de toda la cocina oriental, pudiendo encontrarlos desde Tailandia hasta la Polinesia, pasando por su puesto por China, Japón o las dos Coreas.
Los noodles son los predecesores de la pasta italiana, que trajo Marco Polo, desde China. Y de igual forma que en Italia podemos encontrar muchos tipos de pasta, en oriente nos pasa lo mismo, encontrándonos formas e ingredientes distintos para su elaboración.
- 1 litro y 1/2 de caldo transparente de pollo y carne
- 400 gramos de carne picada de cerdo
- 400 gramos de fideos de arroz o de trigo sarraceno
- 15 gramos de jengibre
- 1 guindilla roja seca
- 5 cucharadas soperas de aceite de sésamo o cacahuete
- 3 cebolletas frescas
- 4 cucharadas soperas de salsa de soja
- Una pizca de sal
Como el caldo transparente típico de Sichuan tiene una elaboración complicada, lo voy a dejar para otro día. Para esta receta de cocina utilizaremos los caldos de gallina blanca o alguno hecho por nosotros u otra marca, siempre que el sabor sea de nuestro agrado.
Pondremos a hervir el caldo con el jengibre y la salsa de soja, y le iremos retirando la espuma que salga con una espumadera. Repetiremos esta acción dos o tres veces de manera que si el caldo no era suficientemente claro, vaya aclarando. Lo dejaremos reposar unos 15 minutos antes de colarlo con un colador fino.
Prepararemos con el aceite y la guindilla picada, un aceite rojo, acercándolo todo en una sartén al fuego. El calor que reciba debe ser bajo para no quemar la guindilla y que suelte color. Cuando enfríe repartiremos en tazones un poco del aceite que obtuvimos y lo reservaremos.
Picaremos finamente la parte blanca de las cebolletas y reservaremos la verde, también picada muy fina. Saltearemos la carne con la cebolleta (solo lo blanco) y un poco de sal.
Dependiendo del tipo de pasta que empleemos, la coceremos siguiendo las instrucciones que aparezcan en el envase, pues hay pastas de arroz que solo necesitan humedecerse con agua, incluso fría.
Llegado a este punto lo siguiente será montarlo todo en el tazón donde pusimos el aceite de guindilla.
Empezaremos por la pasta, que cubriremos con el caldo, ya colado y totalmente transparente. Le agregaremos la carne y un poco de cebolleta fresca (solo lo verde) y empezaremos a comer.
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